El sarro —esa molesta acumulación de minerales como calcio y magnesio— es uno de los enemigos más persistentes en baños y cocinas. Aparece en inodoros, grifos y llaves, dejando manchas blancas o amarillentas difíciles de quitar. Pero no necesitas productos agresivos ni horas de esfuerzo para deshacerte de él. Aquí te comparto métodos caseros, seguros y efectivos para eliminar el sarro sin dañar tus superficies.

1. Ácido cítrico: el héroe natural

El ácido cítrico en polvo se ha convertido en el favorito de muchos expertos en limpieza por su eficacia y suavidad.

• Cómo usarlo en el inodoro:
  • Disuelve 2–3 cucharadas de ácido cítrico en agua caliente.
  • Vierte la mezcla en la taza del inodoro y deja actuar toda la noche.
  • A la mañana siguiente, frota con un cepillo y tira la cadena.
• Cómo usarlo en las llaves o grifos:
  • Mezcla una cucharada de ácido cítrico con agua caliente.
  • Aplica con un paño o esponja sobre las zonas afectadas.
  • Deja actuar 10–15 minutos y enjuaga con agua limpia.

Este método es ideal porque no deja olores fuertes, no daña el esmalte ni el metal, y es biodegradable.

2. Sal de boro y bicarbonato: aliados tradicionales

Aunque el ácido cítrico es más potente, la sal de boro y el bicarbonato siguen siendo útiles para limpiezas regulares.

• Inodoro:
  • Espolvorea bicarbonato en las zonas con sarro.
  • Añade vinagre blanco y deja que burbujee.
  • Espera 30 minutos, frota y enjuaga.
• Llaves:
  • Haz una pasta con bicarbonato y agua.
  • Aplica sobre el sarro, deja actuar 20 minutos y limpia con un cepillo suave.

¿Qué evitar?

• Lejía y amoníaco: pueden dañar el esmalte y provocar vapores tóxicos.
• Cepillos metálicos: rayan las superficies y empeoran el problema.
• Productos antisarro industriales: muchos contienen ácidos fuertes que deterioran el brillo de los metales.

Mantenimiento preventivo

• Seca las superficies después de usarlas para evitar acumulación de minerales.
• Usa filtros antisarro si vives en zonas con agua dura.
• Limpia semanalmente con productos suaves para evitar que el sarro se endurezca.